sábado, 18 de abril de 2009

CARTA III

Los Angeles, California, Estados Unidos. 13 de Abril de 2009

Dear Gabriel Batistuta:

Te escribo tan solo para liberarme, aún sabiendo que probablemente esto no llegue a tus manos. Aún sabiendo que es una locura, y aun sabiendo que mis sentimientos por Vicky se diluyeron completamente.

Aunque solo nos hayamos cruzado pocas veces, en amistosos o algún mundial, no me pude olvidar de vos. Y desde la primera vez que te vi sentí algo nuevo. Ver tus partidos con Vicky me resultaba incómodo así que empecé a verlos solo. Como pateás, como transpiras, como jugás. No me perdí ni un solo partido tuyo. Tus botines rozando la pelota, tu grito guerrero de alegría, es algo inexplicable. Ese sudor de tu camiseta, quiero probarlo. Sé que esto te puede parecer extraño, y para mí también lo es. Es atracción. No paro de pensar en vos. A veces sueño que pateamos penales juntos o hasta jugamos en contra.

Sé también que esto es algo imposible, pero no lo puedo evitar. No espero nada a cambio, y también sé que no me lo darás. No sé si hice bien en escribirte, pero necesitaba contarte lo que me pasaba. Espero que me puedas entender. Y no te preocupes, no necesito ninguna respuesta. Me conformo con seguir viéndote jugar. Espero que como el destino nos cruzó, nos volvamos a ver en algún campeonato, aunque sea para rozarse, olerte, tocarte…

Simplemente,
David Beckham.

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